La Magia de la Meditación.




“... Con el esfuerzo llegaremos al orden, con el orden llegaremos a la atención, con la atención llegaremos a la concentración, con la concentración llegaremos a la sabiduría, y con la sabiduría llegaremos a la completa libertad
BUDA
El escuchar un sonido, escuchar nuestra propia respiración, escuchar el sonido de una repetitiva campanilla o dong ; escuchar también los sonidos de la naturaleza...o simplemente escuchar el silencio, que dicho así es algo difícil, pero que con un poco de práctica uno puede no solo concentrarse en ese denominado sonido molecular – que es el pitido que sentimos cuando hay un silencio ‘atronador’ en el lugar donde estamos – sino también el dejar la mente, o ese hervidero de pensamientos, para que quede completamente vació y en definitiva vaciar nuestra psique con el resultado tan espectacular de paz y serenidad que produce.

Según algunos autores que se dedican a “aquietar la mente” dicen que si ésta misma está alrededor de 12 segundos concentrada en “algo” o simplemente en “nada” se consigue una cierta felicidad interior. A esto se le debería de añadir que cada persona tiene su tiempo de concentración y por consiguiente su tiempo para vaciar su mente; incluso he podido ver a personas que no son capaces de vaciar su psique por más que quisieran y esto mismo les provocaba un estado de ansiedad o de tensión incluso nerviosismo pero que no quiere decir que no lo consigan, evidentemente, necesita su tiempo y su técnica puesto que todo es cuestión de practica y de perseverancia.


Así pues, se podría definir la meditación como el arte de concentrarse y de ahuyentarse de cualquier tipo de estorbo o interferencia mental que perturbe ese estado mental tan especial: a menos interferencias y estorbos más concentración, por consiguiente más satisfación interior y por lo tanto más felicidad.

Esta sería la definición por antonomasia de esta tecnica milenaria al más estilo puramente Zen.


MEDITACION PASIVA.


En la meditación pasiva simplemente se aspira a tener estos momentos de paz y de serenidad, de relajación extrema y su consiguiente cada vez mayor bienestar general y la sensacion de estar en paz con uno mismo.
 Para mayor definición de esta clase de estado de conciencia se puede definir el Budismo y especialmente el Zen como filosofias que tienen su meta en esta pasiva y contemplativa actitud y que se caracterizan por esta clase de contemplación sin más pretensiones.

Desde luego tambien hay que decir que esto no exime para que se tengan las consecuencias y beneficios de ésta tecnica milenaria y mágica, siendo unos de sus sintomas los que anteriormente he descrito, pero tambien otros que son bastante especiales: una mayor amplitud mental, una mayor resistencia a enfermedades, una sensación de compasión por todo lo que nos rodea y en definitiva sentiremos un cambio muy paulatino hacia una percepción muy diferente de nosotros mismos: una extraña sensación de libertad interna, teniendo una agradable confianza en nosotros mismos y en casos avanzados un Amor muy elevado por todo lo que nos rodea como por el Universo y toda la Naturaleza que nos rodea, incluidos nosotros mismos.


No en vano, se conocen los estadios extremos de meditación como la máxima sensación de estar unidos al todo, al Universo y a la Naturaleza, o como los yoguis lo denominan el ‘Uno’. Estos estados llamados por los místicos cristianos ‘éxtasis’ por los yoguis hindúes ‘Nirvana’o por los taoístas ‘Tao’ etc. No son más que los estados alterados de conciencia que se llega por la practica asidua y devota de esta técnica mental, pero también decir que se llegan con una practica constante y sobre todo con una voluntad férrea.

Otras de las ventajas que también se consigue con esta práctica es una mayor noción de la realidad presente y del presente mismo, puesto que los pensamientos por el devenir y por el pasado empiezan a perder importancia hasta diluirse, y en consecuencia nos centramos más en el aquí y ahora con unos resultados bastante curiosos, ya que es impresionante la cantidad de cosas que no percibimos a veces por no prestarles atención: un paisaje, una escena cualquiera... el transcurrir del vuelo de un ave, o simplemente los gestos y costumbres de la gente, por lo que nuestra capacidad de observación se verá gratamente reforzada y ampliada.


MEDITACION ACTIVA: LA VISUALIZACIÓN

Si en la anterior meditación pasiva, la base es la concentración, en esta parte también es indudablemente tan necesaria como para producir la visualización que sería la principal técnica de la cual se compone, ya que en ella se expresa una gran parte del potencial mental para producir estados mucho más relajantes, mucho más profundos y también efectos que se quieran producir en el cuerpo del meditante o fuera del mismo. Esto hará mucho más ayudar al estudiante a profundizar mucho más en los diferentes niveles de profundidad de la mente, consiguiendo resultados más óptimos cuanto más profundo sea el nivel de concentración, y por lo tanto los resultados más espectaculares y eficientes.
La visualización, sería la representación de imágenes mentales, primero ayudadas por nuestra imaginación, y después en estados profundos en imágenes lúcidas, las cuales suelen tener mucho parecido con las imágenes que percibimos antes de entrar en el estado del sueño, o también conocido como estado Alfa profundo o Theta, solo que en esta ocasión aprendemos a dominarlas con nuestra voluntad para provocarlas en un estado más real, que serán mucho más claras y nítidas, cuanto más avancemos en nuestras practicas meditativas.


UN EJERCICIO PARA LA VISUALIZACION

Un sencillo ejercicio de visualización sería la de usar colores complementarios para que, de alguna manera, potenciar ésta habilidad innata en nosotros. Otra ventaja también sería la de ser capaz de imaginar constantemente y con mucha facilidad, o ver en nuestra mente las cosas que se nos dice. Por ejemplo, si pensamos en un elefante seguramente lo imaginaremos en movimiento o en un charco de agua regocijándose, o si pensamos en la letra E la imaginamos con una especie de adornos al estilo medieval, o como nuestra imaginación inmediatamente la visualice. En fin, lo que quiero decir, es qué la imaginación juega una parte fundamental en lo que se refiere a la visualización.
El ejercicio vendría a constar de dibujar en unas cartulinas de color rojo, azul celeste y azul oscuro unos triángulos. En la cartulina roja, sería un triangulo de color verde, en la azul claro sería un triangulo de color naranja, y en la cartulina azul oscuro – ultramar- un triangulo de color amarillo; también se pueden cambiar el color del triangulo por el de fondo y viceversa. Por alguna razón, los colores complementarios – como son éstos – tienen la facultad de diferenciarse bien en nuestra mente, por ello si nos fijamos entornando los ojos durante un buen rato en una de estas cartulinas con su triángulo, hasta que la vista se diluya y se nos funda en los dos colores, cuando cerremos los ojos curiosamente veremos los colores al revés; es decir: si la cartulina era de fondo verde y el triangulo de color rojo, mentalmente veremos la cartulina de fondo rojo y el triangulo de color verde. Si al principio no se ve nada... paciencia, con un poco de practica se conseguirán buenos resultados.
LA REBELIÓN DE LA MENTE
Es un hecho dado que nuestra propia mente se rebela en las primeras jornadas de las meditaciones, como si fuera una computadora que rechaza un programa nuevo y que, sobre todo, no concuerda con lo que diariamente le acostumbramos a hacer y a realizar por y para nosotros, rebelándose puesto que no se la puede amarrar de buenas a primeras; por eso es conveniente que se empiece de forma paulatina, periodos breves pero constantes, aumentando según a nosotros nos convenga.

El constante asalto de pensamientos varios, “jamacucos” y sobre todo lo que se denomina cadena de pensamientos vienen a asaltar la quietud mental de las formas más ingeniosas, empezando con un minimo pensamiento y acabando como una autentica bola de nieve que nos acaba aplastando mentalmente. Los meditantes avanzados son capaces de deshacer estas bolas de nieve, o cadenas, empezando por el último pensamiento y acabando en el pensamiento orígen, de esta manera son conscientes de que este mismo no debe de repetirse. Pero en definitiva, tampoco hay que “jamarse” tanto el “coco” con esta cuestión y lo mejor es siempre hacer que los pensamientos pasen ante nosotros como si fueran nubes en el cielo que van pasando para al final quedarse con un hermoso cielo azul. En éste término hay un provervio tibetano muy hermoso que reza:
“La más mínima particula de polvo puede ensuciar un hermoso cielo azul”

Comentarios